La labor de emergencia de las mujeres bombero, quienes dan todo por sus sueños.
Desde los 12 años, Magaly Aedo Fuentes supo que quería servir a la ciudadanía y brindar todo su apoyo para el rescate, sin embargo, su corta edad le impidió entrar al voluntariado de la Cruz Roja, aunado a la decisión de casarse a temprana edad.
Pasó el tiempo y la ´espinita´ no la dejó tranquila, por lo que a los 35 años decidió salir en busca de algún equipo de ayuda a la comunidad, siendo el Patronato del Honorable Cuerpo de Bomberos Conurbados de Boca del Río, quienes la recibieron como voluntaria.
“Una vez que mis hijas crecieron, decidí retomar mis sueños de ayudar a los demás. Recuerdo que una vez, mi hija se estaba atragantando y después de eso acudí a Protección Civil y paramédicos para recibir capacitación, es decir, siempre estuve interesada en esos temas” compartió Magaly.
Después de 8 años siendo Bombero, Magaly recuerda como si hubiera sido ayer las experiencias que más la han marcado, pues afirmó que lo que se cree de la frialdad que puede apoderarse de ellos, es mentira.
“Han sido mucha situaciones difíciles las que me han tocado vivir, lo que más vemos son incendios, pero cuando inicié de voluntaria me tocó uno en donde se veían involucrados algunos niños y sin duda todas las creencias de que después de tantas experiencias nos volvemos fríos, se olvidan, pues quedamos con la sensación de que no llegamos a tiempo y es muy duro”, detalló.
Ante las experiencias lamentables, aseguró que entre el equipo de Bomberos se unen para platicar y desahogarse. En muchas ocasiones, ya pasado un tiempo, las personas a las que han servido regresan para agradecerles, y son esos actos los que la impulsan para seguir en esta difícil profesión.
Afirmó que ser mujer bombero no ha sido nada fácil, pero agradeció a Dios por la fuerza y ponerle a compañeros tan empáticos.
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