Tras el hallazgo de 435 estructuras que podría ser nuevos arrecifes de coral a gran profundidad en la costa centro y norte de Veracruz, así como 116 especies no reportadas, Greenpeace México exigió a la ASEA y Semarnat apliquen el principio precautorio y nieguen las autorizaciones de impacto ambiental al proyecto de gasoducto “Puerta al Sureste”, a cargo de la empresa canadiense TC Energy.
En conferencia de prensa, los investigadores Javier Bello Pineda, Adán Jordán y Jacobo Santander del Colectivo Interdisciplinario de Ciencia Aplicada y Derecho Ambiental (CICADA), dieron a conocer la presencia de estos ecosistemas arrecifales mesofóticos en la zona de influencia cercana al Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano, que deberían ser conservado, incluídos en los polígonos del área natural protegida y contemplados en el programa de manejo.
El estudio sobre el estado actual y las amenazas de los ecosistemas arrecifales en la costa norte y central del estado de Veracruz, se realizó el pasado mes de mayo con el auspicio de Greenpeace México, que puso a disposición de los científicos, tecnología de punta nunca usada en la región como un sonar de barrido lateral, un vehículo operado de manera remota (ROV, por sus siglas en inglés) y un sumergible tripulado (Nemo 2), con lo que se obtuvieron fotografías y videos del fondo marino, que muestran la presencia de gran biodiversidad.
Pablo Ramírez, coordinador del Programa de Energía y Cambio Climático de Greenpeace México, criticó la actuación de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), quien según realizó inmersiones con dos buzos a no más de 30 metros de profundidad en la zona de Tamiahua, para después lanzar una cuerda de 50 metros de largo, y al no poder llegar al fondo marino, concluyó que no existen arrecifes en el sitio, puras rocas y arena.
El activista advirtió que esto es completamente falso, porque gracias a la tecnología utilizada durante la investigación independiente, se documentó la existencia de ecosistemas arrecifales a 150 metros de profundidad en Tamiahua, una zona que ni siquiera toma en cuenta la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), presentada por TC Energy.
Ramírez agregó que el proyecto de “Puerta al Sureste”, que se dividió ilegalmente en dos solicitudes de MIA, una para la zona terrestre y otra para la zona marina, porque supuestamente no están interconectadas, generará anualmente 27 millones de toneladas de dióxido de carbono, lo que contraviene las metas climáticas de México y va en contra de cualquier esfuerzo que se haga en la reducción de gases de efecto invernadero.
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