Una nueva intoxicación masiva dentro de un centro escolar ha golpeado este lunes a México. En una escuela secundaria de Álamo Temapache, al norte de Veracruz, 28 alumnos resultaron afectados cuando asistían a un acto dentro del colegio. El caso ha disparado todas las alarmas después de lo ocurrido en Chiapas la pasada semana, cuando un centenar de menores fueron intoxicados dentro de un instituto de Bochil y otras decenas de estudiantes en dos centros de Tapachula. Los síntomas de los alumnos se repiten en todos los casos: mareos, desmayos y vómitos. Las autoridades todavía no han encontrado qué sustancia afecta a los jóvenes.
Los alumnos de la Escuela Secundaria Técnica Industrial número 67 asistían hoy a un acto que la alcaldesa del municipio, Lilia Arrieta, tenía dentro de su plantel. De un momento a otro, en mitad del acto, los estudiantes empezaron a desmayarse, a sentir un fuerte dolor abdominal y a vomitar. Hasta el momento se conoce que 11 de ellos tuvieron que ser ingresados en el Hospital General del Álamo.
Todos los niños se encuentran fuera de peligro, según ha explicado el director de Servicios Médicos del Ayuntamiento de Álamo, Raúl Ramírez, y serán sometidos a cinco pruebas toxicológicas, de antidoping, y un examen de sangre. “Tuvieron síntomas parecidos a la hipoglucemia, nosotros decidimos traerlos para su observación. Todos están compensados, están debidamente hidratados, se les dio alimento, azúcar y todos los pacientes están conscientes, tranquilos, orientados. La situación está completamente controlada”, ha dicho el médico a Crónica de Xalapa.
El caso de Veracruz recuerda a los ocurridos en Chiapas en las pasadas semanas. En el Estado sureño 116 estudiantes han tenido que ser hospitalizados desde el 23 de septiembre por intoxicarse dentro de sus colegios. Uno de ellos, que sucedió en la escuela Juana de Asbaje, en un pequeño municipio de los Altos de Chiapas, desató el pánico en una región normalmente tranquila. 72 niños tuvieron que ser hospitalizados de urgencia tras empezaron a desmayarse en el patio de la escuela durante el recreo. Los afectados tenían entre 11 y 14 años. Una semana después una decena de ellos seguía dentro de los centros médicos y uno, de 13 años, acababa de salir del coma.
A pesar del escándalo, la Fiscalía de Chiapas todavía no ha dado ninguna explicación sobre lo que sucedió a los jóvenes, ni siquiera conoce qué sustancia pudo intoxicarles. Su única premisa ha sido negar que se trate de drogas. El Ministerio Público asegura que todas las pruebas toxicológicas realizadas, 61 en Bochil y 18 en Tapachula (porque no se realizaron análisis de las primeras intoxicaciones) han salido negativas a cocaína, opiáceos, anfetaminas, metanfetaminas y cannabis. Sin embargo, las pruebas que tres padres realizaron a sus hijos en laboratorios privados sí dieron positivo a cocaína. Los casos han revelado la entrada constante de droga dentro de los centros escolares.
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